domingo, 4 de septiembre de 2016


SÁBADO 6 AGOSTO


Es el último día en Dublín y aprovechamos para visitar algunos lugares de la ciudad que no pudimos durante el tiempo de este curso tan intenso.

Por la mañana paseo por la zona de Portobello -barrio emergente, pintoresco y multirracial- cruzamos el canal para ir al barrio de Ranelagh -residencial, lleno de jardines preciosos y campos de césped cuidadísimos- aunque con este clima es muy fácil que sea asi, Alejandro dice que les crece la vegetación por castigo.










Después vamos a ver la iglesia de St. Patrick, la iglesia más grande de Dublín dedicada al santo patrón de Irlanda. A lo largo de su historia ha sufrido varias restauraciones, la más importante porque representa la imagen que presenta hoy en día la catedral, tuvo lugar durante la década de 1860 y fue financiada por Benjamin Guinness, nieto del fundador de la célebre marca de cerveza irlandesa y nos contaron que la empresa ha sido siempre una gran benefactora para la ciudad.
Aparte de su espléndida estructura gótica y su enorme campanario, destacan las espectaculares vidrieras y el interior, cuyos ornamentos, decoraciones y esculturas dan un repaso a la historia de la catedral y la ciudad.

















 La catedral posee una escuela de coro bastante importante y en la actualidad es la única iglesia de Irlanda y Gran Bretaña que ofrece dos misas cantadas a diario.

Aun así no coincidimos con ellas, no podemos esperar a escucharles, queremos ver la Biblioteca Chester Beatty, pero coincidimos con la representación de una obra de teatro que sucede al aire libre frente al castillo de Dublín, este curioso jardín circular y lo más curioso es que los actores van apareciendo y circulando mientras actúan alrededor de él.
La obra es “Measure for measure. Ireland 1916” una adaptación de una de las obras menos conocidas de W. Shakespeare, en la que se hace una reflexión sobre la justicia, sobre si la ley debe aplicarse de modo estricto o racional y que esta compañía teatral sitúa en la época de The  Rising.

Tenemos la suerte que el último acto y la canción del final ocurren justo enfrente de nosotros aquí os dejo un fragmento de video para que lo veáis:




Y el final de la obra y despedida en forma de canción.



Luego el último paseo por la ciudad para ver de nuevo y despedirnos de las vistas desde el río Liffey, la zona de Temple Bar y ¿como no? el Trinity College, ¡hasta siempre!



1 comentario:

  1. Lidón, qué emotivo todo lo que escribes. Me encantan tus entradas y me alegro de que hayas tenido tan buena experiencia ;)

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